Nuestra ansia de Dios nos conduce, en frase de Jacob Böhme, a “tomar al cielo por asalto”, y cuando, por fin, experimentamos, fugazmente (apenas un instante), el cielo en nosotros, caemos en la cuenta de que no hemos sido nosotros los que lo hemos tomado por asalto, sino que ha sido el cielo el que nos ha tomado por asalto a nosotros.
-Ignacio Simal