«Que el justo por amor me corrija y me reprenda…” SALMOS 141:5 BTI
Que una persona justa se nos acerque con un corazón vestido de amor y nos corrija siempre será una bendición para nuestra existencia, ya que su corrección estará encauzada por palabras llenas de misericordia. Y la misericordia en la corrección mutua es la condición “sine qua non” para lograr la sanidad de la persona confrontada. La corrección misericordiosa es auténtica medicina restauradora: nos hace regresar al camino de la verdad, nos salva y nos perdona (Stgo. 5:19,20).
Soli Deo Gloria
Ignacio Simal, pastor de Betel + Sant Pau