¿Te has preguntado qué impacto tiene tu vida en los demás?
«Sin embargo, gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.» (2 Corintios 2:14, NTV)
2 Corintios 2:14-17 nos lleva a reflexionar sobre el papel del cristiano como portador del «olor fragante de Cristo».
En nuestra vida cotidiana, los olores juegan un papel fundamental. Un aroma puede evocar recuerdos, despertar emociones y hasta transportarnos a lugares distantes. Al igual que un perfume bien escogido deja una huella en quienes nos rodean, nuestra vida debe esparcir la esencia del Evangelio.
Una Fragancia que Testifica
Pablo nos dice que somos un aroma que se esparce por todas partes. Nuestra manera de vivir, hablar y actuar debe reflejar el conocimiento de Cristo. ¿Cómo perciben los demás nuestra presencia? ¿Dejamos una fragancia de amor, justicia y misericordia? O, por el contrario, ¿emitimos un olor de indiferencia y egoísmo?
La anécdota compartida en la predicación, sobre un hombre ciego que percibía el mundo a través de los aromas, nos recuerda que la esencia de nuestra vida es percibida, aunque no siempre de manera visible. A través de nuestras acciones, irradiamos una fragancia que puede atraer a otros hacia Cristo.
El Aroma del Evangelio: Vida y Juicio
Pablo también menciona que el aroma de Cristo tiene una dualidad:
«Para unos somos un olor que da vida; para otros, un olor que lleva a la muerte.» (2 Corintios 2:16, NTV)
Así como el incienso en los desfiles triunfales romanos representaba victoria para los soldados y condena para los prisioneros de guerra, el Evangelio es un mensaje de salvación para quienes creen, pero también una advertencia de juicio para quienes lo rechazan.
Una Fragancia que se Cultiva
Para que nuestra vida emane el aroma de Cristo, debemos cultivar nuestra relación con Él. Así como la producción de un perfume requiere el esfuerzo de extraer aceites esenciales de miles de flores, nuestra fragancia espiritual se fortalece mediante la oración, la meditación en la Palabra y la comunión con Dios. Cuanto más cerca estemos de Él, más impregnados estaremos de su esencia.
Dejar una Marca Duradera
Los perfumes dejan una huella en la memoria. De la misma manera, nuestra vida debe dejar una impresión duradera en quienes nos rodean. Dondequiera que estemos—en la iglesia, en el trabajo, en nuestras interacciones diarias—debemos ser instrumentos para esparcir el aroma de Cristo.
Que nuestra vida refleje la victoria y el gozo que tenemos en Cristo, transmitiendo su fragancia a todos los que nos rodean.
¡No te pierdas esta predicación del Pastor Sun Gi Kim en nuestro canal de YouTube y permite que su mensaje fortalezca tu fe y te muestre cómo podemos ser un aroma fragante en Cristo, dejando una marca indeleble en nuestro entorno¡ ¡Descubre cómo tu vida puede reflejar el Evangelio de una manera transformadora y llena de propósito!
