Nostalgia de lo divino: una oración
Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau
«Llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor»
(Lucas 2:22b BTI)
Tú existías antes
del tiempo y de la historia.
Para ti, y a través de ti
fue creado el universo
y lo que contiene.
Señor, ¡acércate a nosotros!
Tú, Palabra eterna
de Dios y con Dios,
hiciste morada
en el vientre de una mujer.
Te humanaste.
Señor, ¡acércate a nosotros!
Tú, te dejaste arrullar
en los brazos
de una madre y un padre
seducidos por la esperanza
de un nuevo acto creador.
Señor, ¡acércate a nosotros!
Tú, permitiste que Simeón,
el anciano soñador,
te tomara entre sus brazos,
y viera en ti la salvación
añorada por los hijos de Eva.
Señor, ¡acércate a nosotros!
Tú, el Mesías de Dios,
primicia de la resurrección.
Permite que podamos arrullarte
entre nuestros brazos,
al igual que tu haces con nosotros.
Señor, ¡acércate a nosotros!
Tú, perpetuo consolador
de los desolados.
Permite que tu sonrisa infantil
ilumine y haga brillar
nuestros perplejos rostros.
Señor, ¡acércate a nosotros!