«El pueblo que a oscuras caminaba vio surgir una luz deslumbradora; habitaban un país tenebroso y una luz brillante los cubrió.» ISAÍAS 9:1 BTI
Adviento es una estrella que nace en el oriente de nuestra alma, y brilla como ninguna (Mt. 2:2). Anuncia el nacimiento de alguien que nos abre la puerta a la esperanza y nos imprime la necesidad de peregrinar a través de todas las estancias de nuestro interior y de nuestra memoria a fin de encontrarle y ponernos a su pies.
Tal vez, por un momento, parece que la estrella se oculta, y la buscamos en lugares inadecuados. Pero al final la volvemos a ver iluminando una casa de la que a su vez surge una luz, ambas luces confluyen, y se funden en una (Mt. 2:9-11). Entonces todas las estancias de nuestra alma son iluminadas, y nos situamos frente a frente de la realización de lo que anunciaba la estrella y nos llenamos de gran alegría, caemos de rodillas y adoramos.
A partir de ese instante de encuentro, una luz, que las tinieblas no podrán sofocar, ilumina toda nuestra existencia. Ya no volveremos a ser las mismas personas, porque hemos sido tocados por la gracia de Dios. Adviento nos anuncia que la gracia y la bondad de Dios lo envuelve todo. ¡Jesús, la esperanza del mundo, viene a nosotros!
Soli Deo Gloria
Ignacio Simal Camps, pastor de Betel + Sant Pau