«Hijos míos, ¡venid y escuchadme! Yo os enseñaré cómo venerar al Señor. ¿Quién es el que ama la vida, y desea días para ser feliz? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de la mentira; aléjate del mal, haz el bien, busca la paz, marcha tras ella» (Sal. 34:12-15 BTI)
Venerar al Señor implica amar la vida. El amor a la vida es seguido por una triple opción existencial: hablar verdad, hacer el bien y buscar la paz. Afirma el salmista que el que así hace disfrutará de días felices. Sin embargo debemos tomar en cuenta que en medio de nuestra aldea global la felicidad corre el riesgo de ser infelicidad conforme al estilo de vida que propone el Imperio. La felicidad presente, conforme al mundo nuevo que anunció Jesús, la interpreto como aquella que surge de una limpia conciencia, de una vida sencilla y de un compromiso con la justicia del reino de Dios . En fin una vida que sobre todas las cosas venera al Señor.
Soli Deo Gloria
Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau