unsplash-logoJP Fichman Escribe Pablo d’Ors en «Biografía del Silencio«: “Mediante la meditación, se me ha ido revelando el misterio de la unidad. Por supuesto que a bucear en el océano de la unidad no se llega sin chapotear durante largo tiempo en las charcas de la división. El agua que no corre se estanca, se […]
«La intolerancia no es sólo un pecado del conservadurismo eclesial, sino también del progresismo» (F.J. Vitoria Cormenzana)
“Cuando la Iglesia no siente simpatía hacia el mensaje de la libre gracia de Dios — ¡cuando tal vez lo considera demasiado antipedagógico y quién sabe si hasta demasiado peligroso! —, y cuando no ama a la gente, ¡cuando se presenta ante la misma con excesiva precaución y sale a su encuentro con demasiadas recriminaciones!,
Karl Barth, sobre la oración Abordamos el tema partiendo del hecho de que Dios acoge. No está mudo, escucha; más aún, actúa. No actúa de la misma manera tanto si oramos como si no oramos. Existe una influencia de la oración sobre la acción, sobre la existencia de Dios. Esto es lo que significa la
Juan 17:21 La unidad del pueblo de Dios no puede ser un espejismo, no puede ser algo que de vez en cuando ocurre, no puede ser una ficción. La unidad, como gracia, no se fundamenta en opiniones, sino en la experiencia de encuentro con el Resucitado. Sin unidad, la misión que se nos ha encomendado
Lo central en la presencia y desarrollo del “reinado de Dios” no gira en torno a la pregunta, “¿qué debemos hacer nosotros?”, o “¿qué queremos o podemos hacer?”, sino más bien, “¿qué es lo que quiere hacer Dios?” o, mejor, “¿qué es lo que está haciendo Dios entre nosotros?”.
La salvación mesiánica no debe ser reducida a una mera experiencia religiosa de transformación moral. -Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau
