Un fuerte abrazo a tod@s!
Aquí estoy, “enclaustrao” y “confinao”… deseo enviaros un gran abrazo virtual.
Aquí estoy, “enclaustrao” y “confinao”… deseo enviaros un gran abrazo virtual.
«Acabo de desahogarme con vosotros, corintios, y es como si el corazón se me hubiera ensanchado. No ha sido mezquino mi amor; el vuestro, en cambio, sí lo ha sido. Ensanchad también vuestro corazón —como a hijos os lo pido— y corresponded a mi amor» (2 Cor. 6:11-13 BTI) Muchos de nosotros necesitamos una terapia
unsplash-logoJP Fichman Escribe Pablo d’Ors en «Biografía del Silencio«: “Mediante la meditación, se me ha ido revelando el misterio de la unidad. Por supuesto que a bucear en el océano de la unidad no se llega sin chapotear durante largo tiempo en las charcas de la división. El agua que no corre se estanca, se
Aunque camine por valles sombríos no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me sosiegan. (Salmos 23:4 BTI) Ni en sueños hubiera imaginado que vendría un tiempo en el que nuestras celebraciones dominicales serían suspendidas, y tendríamos que quedarnos en casa junto con nuestras familias. Pero sí, está ocurriendo, son
La gracia de Dios, su cielo, lo empapa todo, tanto lo bueno como lo malo. Me rodeas por delante y por detrás, posas tu mano sobre mí. Me supera este saber admirable, tan elevado que no puedo entenderlo. Salmo 139,5 al 6. El verdadero cielo está en todas partes, aun en ese lugar donde estás.
Nuestra ansia de Dios nos conduce, en frase de Jacob Böhme, a “tomar al cielo por asalto”, y cuando, por fin, experimentamos, fugazmente (apenas un instante), el cielo en nosotros, caemos en la cuenta de que no hemos sido nosotros los que lo hemos tomado por asalto, sino que ha sido el cielo el que
La Luz que ilumina a todo ser humano vino para quedarse en nosotros. Lo queramos o no. Pero pasa el tiempo, y la vamos cubriendo de tierra hasta que nuestras entrañas se convierten en su tumba. ¡Necesitamos resurrección!
“Bombardeados en Siria, abandonados por Turquía, gaseados en Grecia: Europa vuelve a fallar a los refugiados”, rezaba el titular de un diario digital. Tristeza e impotencia del ciudadano y la ciudadana medianamente sensibles ante lo que Europa está haciendo y dejando de hacer ante los millares de refugiados que pusieron su esperanza en ella. Y
«Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto…» Hechos 10:9-11 Las puertas del cielo son enemigas de las prisas. Y nosotros, pobres humanos de vida corta, tenemos prisa. Y claro
Si la iglesia no es la encarnación del abrazo inclusivo de Dios hacia todos los seres humanos y, al mismo tiempo, el grito de protesta en medio de un mundo injusto y falto de equidad, traiciona su misión y el evangelio que anuncia, y deviene en pura y dura ideología. Ignacio Simal
Mientras viajo en autobús, de regreso a casa, observó la carretera y la noche. Su combinación hace que las luces de los coches se me asemejen a estrellas fugaces que se cruzan conmigo, o que me adelantan. Una de las canciones que me acompaña en este momento es «Tonight», de Sibylle Baier. Decido dejar de
En medio de circunstancias desfavorables, la paz de Dios cuida nuestro corazón y pensamientos. Esa experiencia es inexplicable, incomunicable en palabras, “sobrepasa todo entendimiento”. Sin embargo, a pesar de no poder ser explicada (tan solo confesada), cuando experimentamos la gracia de la paz -esa clase de paz que el mundo no da-, un talante ante
Hoy, gran parte de la cristiandad celebra el “miércoles de ceniza”. Pórtico que da inicio al tiempo litúrgico de Cuaresma. Un tiempo en el que se nos invita a la reflexión en los caminos por los que discurre nuestra existencia. Hacemos memoria de la “multitud de testigos” que nos precedieron (Heb. 12:1). Nos invitan a
Entras en ese recinto que solo tú conoces, y abres sus puertas de par en par ante el Dios de Jesús. Las palabras dichas sobran, solo las piensas, y sentimientos encontrados surgen desde los más hondo de tus entrañas. Y así, en silencio, roto de vez en cuando por un gemido intraducible, oras sin palabras,
«Por eso todo fiel te implora en los momentos de angustia; y aunque a raudales se desborde el agua, no les podrá dar alcance.» Salmo 32:6 BTI No me cansaré de decir y/o escribir sobre la importancia de fortalecer nuestro ser interior. Es en el recinto de nuestro espíritu donde se inician y consuman tanto
Acostumbrados a dicotomizar la realidad en pares contrarios, creamos “otredades” a las que atacar, excluir y hacerlas blanco de nuestras blasfemias. Pensamos en blanco y negro, y ello nos sume en un mundo sin esperanza alguna, y si acaso existe algún atisbo de ella, se articula en la eliminación del otro. Por ejemplo, nos relacionamos
Caemos una y otra vez, y otras tantas veces nos levantamos. La persona justa se sabe envuelta en yerros. Ya nos dirá la sabiduría que “siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse” (Pr. 24:16). La experiencia vital nos lo confirma. De ahí que decir, o dar la impresión, de que nunca erramos, es
“Hermanos [y hermanas], si alguno incurre en falta, vosotros, los animados por el Espíritu, corregidlo con amabilidad” (Gál. 6:1 BTI) Toda exhortación, toda corrección, si es que estamos guiados por el Espíritu de Jesús, debe ser envuelta en mansedumbre y amabilidad. La corrección áspera y bronca nunca logra su objetivo: crecer juntos en el camino
Ni el pueblo de Dios, ni las gentes que lo componen deben considerarse el ombligo del mundo. Tampoco se anuncian a sí mismos. Más bien la iglesia anuncia la gracia de Dios manifestada en la acción del Espíritu del Mesías renovando la vieja creación, recreando el mundo (Isaías 65:17; 2 Pedro 3:13). Ignacio simal