Conforme pasan los años, vamos cayendo en la cuenta de que no estamos aquí para siempre. Además, en el devenir de la vida ves que van faltando personas que creías eternas, ya que ilusamente pensabas que siempre iban a estar ahí. Entonces adquieres conciencia de que el día del paso de la frontera se va […]
Meditacions
Glorias huecas
«No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.»(Gal. 5:26) Jesús de Nazaret, la Palabra eterna de Dios hecha carne, ya puso de manifiesto que los seres humanos tenemos la tendencia a buscar la gloria, aunque sea mínima y esperpéntica, los unos de los otros (Juan 5:44; 12:43). El Apóstol Pablo, la
La taula de Jesús – La mesa de Jesús
La mesa de Jesús es una mesa a la que son invitadas la personas heridas, aquellas que se saben imperfectas. El tomar del pan y beber de la copa, nos introduce en el abrazo sanador de la gracia de Jesús, nuestro único Señor y Maestro. La taula de Jesús és una taula a la qual
Acto de rebeldía
”Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.” (Daniel 6:10) “Presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
No temas
Si la mirada de Dios es aterradora para el que se siente mirado entonces, como escribe María Zambrano, “la esperanza estará prisionera del terror”.
No te olvides del Señor tu Dios
“Ten cuidado, no sea que te olvides del Señor tu Dios” (Deut. 8:11 ss.) Cuando más conviene mantener viva la llama de la fe no es cuando caminamos en medio del desierto. En absoluto. En la experiencia de desierto lo tenemos, paradójicamente, muy presente. Lo tenemos presente como abandono, y lo expresamos a través de
Aún tenían la mente embotada
«Luego subió a la barca con ellos, y el viento cesó. Ellos no salían de su asombro, pues no habían comprendido lo sucedido con los panes y aún tenían la mente embotada» (Mc. 6:51-52 BTI) Leer es revivir lo leído. Entramos en los textos sagrados, nos concentramos en su lectura y las historias cobran vida,
Para mí es como si no existiera…
“Para mí es como si no existiera”. Más de una vez, y más de dos, he escuchado esa frase en boca de cristianos. Por alguna razón han tenido alguna desavenencia entre ellos, y ante la incapacidad de reconciliación, dicen el uno del otro, “para mí es como si no existiera”. Y así condenamos a la
Pensamos que conocemos a Jesús
«Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos» (Mc. 6:6) Pensamos que conocemos a Jesús. Y escribo «lo pensamos», porque nos creemos familiarizados con su persona. ¡La cristología nos ha enseñado tantas cosas¡ Tantas cosas, que sabemos lo que Él puede y no puede hacer. De tal manera lo sabemos, que le hemos encorsetado en
Entonces dijo Dios: — ¡Que exista la luz! Y la luz existió” (Gén. 1:3 BTI) Vivimos tan acostumbrados a vivir entre penumbras, que pensamos que ello es la inevitable normalidad dentro de la existencia humana. Sin embargo, el testimonio de las Escrituras confiesa que Dios es luz, que no hay tinieblas en Él, de tal
¿Qué sería del mundo sin la buena gente?
«Los isleños nos trataron con una solicitud poco común; y como llovía sin parar y hacía frío, encendieron una hoguera y nos invitaron a todos a calentarnos.» HECHOS 28:2 BTI Qué sería de nuestro mundo si no hubiera gente buena, con corazones cargados de humanidad. Personas que, sin ser creyentes a nuestra manera o no siéndolo,
De cuando aguantamos y tragamos saliva
Cuando caminamos por el valle de la sombras, todo es silencio. Un silencio que apena y acongoja. “¿Hay alguien ahí?”, nos preguntamos. C. S. Lewis escribió cuando estaba sumido en la pena, “nadie me había dicho nunca que la pena se viviese como miedo. No es que esté asustado, pero la sensación es la misma
¿Unidad?
Juan 17:21 La unidad del pueblo de Dios no puede ser un espejismo, no puede ser algo que de vez en cuando ocurre, no puede ser una ficción. La unidad, como gracia, no se fundamenta en opiniones, sino en la experiencia de encuentro con el Resucitado. Sin unidad, la misión que se nos ha encomendado
¡Siembra!
«Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre cánticos.» (Sal 126:5 BTI); «Yo os envío a recolectar algo que no habéis labrado; otros trabajaron y vosotros os beneficiáis de su trabajo.» (Jn 4:38 BTI) ¡Sé una sembradora de luz! ¡Sé un sembrador de esperanza! Siembra siempre, aún sabiendo que tal vez no formes parte de los
Pareciera…
Veo amanecer en Zaragoza. Y mientras la luz rompe la noche, leo unas líneas que dicen: “Podemos ver la ciudad sobre una colina, pero parece tan lejana. Podemos imaginar la constitución de una sociedad justa, igual y sostenible en la que todos tengan acceso al común y lo compartan, pero las condiciones para hacerla real
En el pueblo de Dios hay lugar para todos
Nuestros prejuicios hacia ciertas personas logra, infelizmente, que optemos por vericuetos de exclusión. ¡Qué diferente práctica lleva a cabo nuestro Dios! Él rompe con convenciones y estereotipos de factura humana para invitar y recibir a todos en el camino del seguimiento de los valores que dieron sentido a la vida de Jesús de Nazaret. Nuestro
¡Somos humanos!
¡Somos humanos! «τίς ἀσθενεῖ, καὶ οὐκ ἀσθενῶ» – «¿Quién es débil, y yo no…?» (2 Cor. 11:29a) Seas pastor/pastora o no, es irrelevante, ya que todos pasamos por momentos en lo que nuestra oración expresa nuestros sentimientos más profundos en una suerte de «clamor intenso y lágrimas» (Heb 5:7). Todos participamos de la debilidad que
¡Dejadme mirar el cielo!
¡Dejadme mirar al cielo! ¡dejadme observar el firmamento! Dejadme contemplar la obra del Dios en quien creo desde hace muchos años. Contemplando la creación de Dios no experimento arrobamientos, no veo ángeles ni escucho voces del cielo… sólo oigo un silencio que penetra a través de todos los poros de mi piel hasta llegar a
Estem a les mans del Senyor
Una queridísima hermana de mi comunidad cristiana, cuando transitamos por momentos difíciles, comunes a todo ser humano, suele decir, “estem a les mans del Senyor” (estamos en las manos del Señor). Y, ¡cuánta verdad encierran esas palabras! Dios, el Dios que se manifestó en la persona de Jesús de Nazaret, nos conoce más que la