Leía, por recomendación del leccionario diario, en el salmo 103, y en clave de domingo, pensaba:
Si existe un día en el que toda la iglesia es convocada por su Señor, ese es el domingo. El pueblo de Dios va al encuentro tanto del Resucitado, como de los hermanos y hermanas que lo conforma. Es el día en el que hacemos memoria como comunidad de todos los favores con los que nuestro Señor nos ha colmado (103:2): Él nos colma de perdón, sanidad y liberación en medio de nuestras historias personales y colectivas; es más, ¡nos corona de amor y ternura!; Él, el Dios de Jesús, no tiene como lema de actuación el «ojo por ojo y diente por diente!: «No nos trata según nuestros pecados, no nos paga según nuestras culpas» (103.10), y así nos muestra el camino que debemos transitar. ¡Él nos ama como un padre bueno ama a sus hijos e hijas, abrazándolos y acogiéndolos en casa a pesar de sus desvaríos!
Por todo ello, y por muchas cosas, en esta mañana nos decimos ¡Bendice, alma mía, al Señor!
¡Tened un buen domingo!
Ignacio Simal, Pastor de Betel+Sant Pau