Gerhard Lohfink, en su libro “El sermón de la montaña, ¿para quién?”, comentando la opción por la no violencia que se deriva de la enseñanza de Jesús dice: “Por necesario y correcto que sea insuflar el “espíritu del sermón de la montaña” en las estructuras del mundo mediante la minoración de la violencia, es espíritu no tendrá más implantación que la que el mundo le permita.
Por necesario, correcto y bueno que sea crear signos radicales de no violencia, mientras esos signos sean exclusivamente obra de individuos tendrán una eficacia limitada, Lo que interesa e importa realmente es que todo un “pueblo” se convierta en signo de la no violencia absoluta. Y eso es precisamente lo que quiere Jesús.”
Dejar de ir a remolque de las diferentes propuestas de la sociedad generando un discurso y practica propios basado en la no violencia a la luz del mensaje de Jesús y superar el individualismo, son sin duda los retos que merecen la pena ser trabajados en nuestras comunidades y podrían ser buenas aportaciones ante la escala de polarización, violencias y guerras que sufrimos.