La imagen utilizada corresponde a la pintura ‘The Three Women on the Tomb of Christ’ (1843) de Irma Martin.
Este mes, nuestro boletín nos señala la conmemoración anual de la Pasión de Cristo: su entrada en Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la muerte y la resurrección de Jesús de Nazaret. Es el gran recordatorio de que, después del dolor y la incertidumbre, siempre hay esperanza. La Semana Santa nos invita a mirar más allá de la cruz y a descubrir la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el miedo.
El relato del evangelio de Lucas (24:1-12) nos muestra cómo las primeras testigos llegaron al sepulcro y lo encontraron vacío. A pesar de la sorpresa, llevaron el mensaje de la resurrección a los apóstoles, convirtiéndose en portadoras de la Buena Nueva: ¡Cristo ha resucitado! Este hecho nos recuerda que el testimonio de la resurrección es un acto de valentía y fe que transforma vidas y comunidades.
Este mes también celebramos con alegría que nuestro hermano Ismael Gramaje será ordenado al ministerio pastoral. Al igual que aquellas primeras testigos que llevaron la Buena Nueva, reconocemos en el ministerio pastoral un llamado a servir con fidelidad y compromiso. Que el Cristo resucitado inspire su camino y su servicio a la comunidad, llevando esperanza y testimoniando el amor de Dios.
El Cristo resucitado nos impulsa a vivir con confianza, renovando nuestro compromiso con la justicia y la compasión. Que este mes sea para nosotros un tiempo de resurrección personal y comunitaria, de crecimiento en la fe y de servicio a los demás. Que la alegría de Pascua ilumine nuestros días y nos haga testigos de esperanza en un mundo que tanto la necesita. ¡Cristo ha resucitado y está con nosotros! ¡Aleluya!
