La experiencia de la gracia es una experiencia sublime pero, en mi opinión, a menudo la enfocamos en una misma dirección: una celebración intimista de la misma. Sin embargo, “toda gracia origina la correspondiente misión” escribía J. Moltmann en su conocido libro “La justicia crea futuro” y coincido con él en que “no puede haber otra respuesta a la experiencia de Dios”.
Si de Dios hemos recibido justificación nuestra misión es ser participes de un mundo más justo, si de Dios hemos recibido paz nuestra acción debe dirigirse a la pacificación en todas las situaciones de conflicto, si de Dios recibimos una trato humano y digno nuestra tarea pasa por la humanización y dignificación de todas las personas… sin duda todo un reto expandir nuestra celebración y experiencia de la gracia al terreno de la acción y lo comunitario en un mundo que tanto la necesita. ¡Qué tengáis un feliz día!
Ismael Gramaje