
La mesa de Jesús es un lugar de encuentro con el resucitado, un espacio de acogida para quienes reconocen su fragilidad y pueden experimentar el abrazo restaurador de su gracia. Es una mesa abierta para todas las personas, sin excepción.
Acércate con tu historia y tu fragilidad; aquí encontrarás gracia, restauración y esperanza. Jesús nos invita a participar de su reino con gratitud y confianza.
Acércate y participa.