«Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?» (Mc. 2:16)
La comunidad cristiana, reunida en torno a la mesa de Jesús, es la casa del Dios de toda gracia. En ella hay lugar para aquellas personas que las que se consideran «justas» y «sanas» en cuerpo y alma las colocan en el paquete de «las otras», las transgresoras impenitentes de la ley divina. En la mesa de la casa de Dios los primeros lugares están reservados para ellas.
Ya nos enseñó nuestro Maestro «que los publicanos y las rameras van delante de [los justos y sanos] al reino de Dios.» (Mt. 21:31)
Soli Deo Gloria
Ignacio Simal, pastor de Betel+Sant Pau