Emi Meier nos invita a reflexionar sobre dos conceptos profundamente arraigados en nuestra fe y en nuestra historia como pueblo de Dios: la memoria y el camino. A través de los pasajes de Éxodo 12:1-13 y 13:1-8, aborda la importancia de recordar la obra liberadora de Dios y caminar hacia el futuro con fe. Esta enseñanza no es solo una mirada al pasado, sino una llamada a la acción en el presente, a seguir viviendo el camino de la gracia que se nos ha ofrecido. A continuación, repasamos algunos puntos clave de la predicación de Emi y su profundo significado para nuestra comunidad hoy.
La Memoria: Recordar para Liberarnos
El relato de Éxodo comienza con un Dios que no olvida. Dios recuerda el pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y decide actuar a favor de su pueblo, esclavizado en Egipto. El acto de recordar, en el contexto bíblico, no es un mero ejercicio mental, sino una acción que transforma la realidad. En Éxodo 12:1-13, vemos cómo Dios establece un evento que debe ser recordado por generaciones: la Pascua.
La Pascua no es solo una celebración familiar, es la memoria viva de la liberación. En este contexto, el acto de sacrificar un cordero y untar su sangre en los postes de las puertas es un recordatorio tangible de que Dios rescata y protege. Como mencionó Emi, «recordar el bien que nos ha hecho Dios es liberador». La memoria de la liberación nos libera no solo de nuestros Egiptos, sino también de la trampa de creernos autosuficientes. Nos libera para vivir agradecidos y conscientes de la presencia constante de Dios en nuestra historia.
La Urgencia del Camino: Una Liberación Inmediata
El pueblo de Israel no solo estaba llamado a recordar, sino a prepararse para el camino. En Éxodo 12:11, Dios instruye al pueblo a estar vestidos, con las sandalias puestas y listos para salir. Esta imagen de urgencia resuena profundamente. Dios no les da tiempo para asentarse o acomodarse en su situación de esclavitud; la liberación es inminente y el camino es incierto, pero es necesario.
Aquí encontramos un paralelismo con nuestra propia vida de fe. Como comunidad, también hemos sido liberados por Dios y estamos en camino, un camino que muchas veces no es fácil ni cómodo. A menudo, como el pueblo de Israel, anhelamos la comodidad de lo conocido, incluso cuando lo conocido implica esclavitud. Sin embargo, la fe nos llama a caminar con confianza, sabiendo que Dios está con nosotros en el desierto de nuestras incertidumbres.
La Pascua: Un Ritual de Memoria
El ritual de la Pascua, como se describe en Éxodo 13:1-8, no es solo un acto puntual, sino un mandamiento que debía repetirse cada año. La memoria no es un acto pasivo; requiere acción y repetición. Durante siete días, el pueblo debía comer pan sin levadura y contar a sus hijos la historia de su liberación. Esta es una lección crucial: la memoria se transmite, no se queda en un individuo o en una generación.
Al igual que el pueblo de Israel, estamos llamados a transmitir la historia de nuestra fe a las generaciones futuras. No se trata solo de recordar el pasado, sino de hacerlo vivo y relevante para el presente. En nuestra Iglesia Protestante Betel-Sant Pau, este acto de memoria se refleja en nuestra comunión y testimonio, donde no solo recordamos lo que Dios ha hecho, sino que buscamos activamente vivir y transmitir ese legado a los demás. Recordar el bien que nos ha hecho Dios es liberador. Nos libera no solo de nuestros Egiptos y nuestros Madianes personales, nos libera de creernos dueños de nuestros destinos, nos libera de nosotros mismos. Ya Jesús en su sobremesa de la última Pascua nos asegura que el espíritu consolador nos recordará todo lo que él nos ha dicho. Jesús sabe que incluso para recordar su enseñanza, necesitamos su ayuda. Confiemos.
Moisés y el Faraón: Conflicto Espiritual y la Fe en la Promesa
El diálogo entre Moisés y el faraón refleja el conflicto espiritual de aquellos tiempos. Para el faraón, las plagas fueron más que desastres naturales; representaron la caída de sus dioses y su sistema de creencias. Sin embargo, Moisés no estaba solo, él tenía una promesa de Dios: «Yo estaré contigo» (Éxodo 3:12). A pesar de sus dudas y temores, Moisés confía en esta promesa.
Este conflicto también resuena en nosotros. ¿Cuántas veces dudamos de nuestra capacidad para hacer lo que Dios nos llama a hacer? Pero, Dios no llama a los capacitados, sino que capacita a los llamados. Nuestra misión como creyentes no se basa en nuestras propias fuerzas, sino en la certeza de que Dios camina con nosotros.
Memoria y Camino: Una Esperanza para Hoy
Recordemos que este «camino de la liberación» no terminó en el Éxodo. Nosotros, como seguidores de Jesús, hemos sido liberados por la Gracia y llamados a caminar en libertad. Sin embargo, este camino es a menudo desafiante. Tropezamos, fallamos y dudamos, pero la memoria del amor de Dios nos sostiene.
Nuestra iglesia, comprometida con la Teología de la Gracia, reconoce que el camino de la fe no es recto, pero es un camino lleno de esperanza. Como comunidad, somos testigos de que Dios sigue actuando en el mundo y en nosotros, incluso cuando no lo entendemos completamente. Nuestra misión es seguir caminando, confiando en su guía y recordando su fidelidad.
Conclusión: El Clamor que Dios Escucha
El Éxodo nos recuerda que la liberación de Dios comienza con un clamor. El pueblo de Israel clamó en su esclavitud, y Dios escuchó su voz. Recordemos que hoy hay muchas causas por las que debemos clamar. Ya sea por justicia, paz, igualdad o sanación, tenemos la confianza de que Dios escucha nuestros clamores.
Que esta memoria de la Pascua nos inspire a vivir con gratitud, a caminar con valentía y a confiar en que el Dios de Israel sigue siendo nuestro Dios hoy.
Que así sea.
No te pierdas la profunda reflexión de Emi Meier, basada en los pasajes de Éxodo 12:1-13 y 13:1-8, sobre la memoria y el camino como elementos esenciales en la vida de fe. Descubre en esta predicación una conexión del relato antiguo del Éxodo con las realidades contemporáneas que vives hoy y alégrate al recordar que dependes de Dios y no de tus propias fuerzas y que siempre puedes confiar en sus promesas.