Mi oración, en este día previo a Navidad, es que nuestros pies sean capaces de caminar incesantemente hacia la ciudad cuyo arquitecto es Dios, y cuyo fundamento es el Mesías, hijo de María. Y que al igual que las noches del Israel liberado fueron iluminadas por una columna de fuego (Ex. 13:21), nuestras noches también sean iluminadas por la estrella que guió a los «magos» hasta Belén (Mt. 2:1), por la luz de nuestro Señor y Salvador, el Mesías Jesús.
Soli Deo Gloria
Ignacio Simal, pastor de Betel + Sant Pau