No imites lo malo, sino lo bueno: Reflexión sobre 3ª Juan

La tercera carta de Juan, aunque breve, nos invita a reflexionar profundamente sobre nuestras actitudes. El Pastor Ismael Gramaje, en su inspirada predicación hace énfasis “en no imitar lo malo sino lo bueno” en un llamado a la acción que invita a promover lo positivo en nuestras vidas y en nuestras interacciones con los demás. La carta nos muestra tres ejemplos clave en la vida de la comunidad cristiana de aquella época: Diótrefes, Gayo y Demetrio. Cada uno de estos personajes nos ofrece lecciones sobre la hospitalidad, la generosidad y la fidelidad al mensaje de Jesús.

La hospitalidad: Un valor en crisis

En los primeros siglos del cristianismo, los predicadores itinerantes recorrían las comunidades cristianas difundiendo el evangelio, y eran recibidos con hospitalidad y generosidad. Este valor, que ha sido un sello distintivo del pueblo de Dios, parece ser un punto de conflicto en la comunidad a la que escribe el apóstol Juan.

Reflexionar sobre la actitud de Diótrefes, quien no solo rechaza a estos predicadores, sino que influye a otros para que tampoco los reciban. Esta falta de hospitalidad es un claro ejemplo de cómo nuestras acciones pueden contradecir los principios del evangelio. A través de esta reflexión, debemos cuestionar nuestras actitudes en cuanto a la acogida, recordándonos que la hospitalidad no es solo una norma social, sino una expresión concreta del amor cristiano.

Gayo: Ejemplo de bondad y generosidad

En contraste con Diótrefes, la figura de Gayo resplandece en la carta como un modelo de quien vive en la verdad, una verdad que no es meramente intelectual, sino una vida conforme a Jesús y sus enseñanzas. Al practicar la hospitalidad, Gayo está viviendo el evangelio de manera práctica, encarnando los valores del reino de Dios.

Juan alaba a Gayo por su generosidad y su disposición a ayudar a los predicadores, mostrándonos que el verdadero discípulo es aquel que no solo escucha el evangelio, sino que lo pone en práctica, acogiendo al prójimo con un corazón abierto.

Demetrio: Testimonio de fidelidad

Finalmente, Demetrio, es quien recibe palabras de elogio por su fidelidad y compromiso. Aunque su rol es pequeño en la carta, su ejemplo nos recuerda que la bondad y la verdad no siempre necesitan ser grandiosas para ser significativas. La constancia en lo pequeño también es un acto de gran valor ante los ojos de Dios.

La llamada final: Elige siempre lo bueno

El consejo final de Juan a Gayo es simple pero poderoso: «No imites lo malo, sino lo bueno». Recordemos que, en nuestra vida cotidiana, siempre tenemos la opción de elegir el bien sobre el mal, de practicar la generosidad y la bondad en lugar de la hostilidad y el egoísmo. Al igual que Gayo y Demetrio, estamos llamados a ser un reflejo del amor y la gracia de Dios.

Esta meditación nos desafía a evaluar nuestras propias vidas a la luz del evangelio, reconociendo cuándo hemos actuado como Diótrefes y cuándo hemos seguido el ejemplo de Gayo y Demetrio. Que podamos aprender de estas figuras y, con la ayuda de Dios, caminar en la verdad y el amor.

Finalmente, la predicación nos ofrece varios aprendizajes prácticos que podemos aplicar a nuestra vida diaria:

  1. Hospitalidad y Acogida: Recibamos a los demás con amor y generosidad. La hospitalidad no solo se refiere a recibir personas en nuestros hogares, sino también a ser abiertos y acogedores en nuestras comunidades y congregaciones. Esto crea un ambiente de apoyo y pertenencia.
  2. El Poder de la Verdad: La relación con la verdad se centra en conocer a Jesús y vivir en sus enseñanzas. En la vida diaria, esto nos invita a buscar una relación auténtica con Dios, lo que nos lleva a ser más conscientes de nuestras acciones y decisiones.
  3. Ejemplos a Seguir: Al reflexionar sobre los personajes de Gallo, Diotrefes y Demetrio, podemos evaluar nuestro comportamiento. ¿Estamos siendo como Gallo, promoviendo el bien y apoyando a otros? ¿O nos encontramos más cerca de Diotrefes, actuando con arrogancia y egoísmo? Identificar y reconocer estos comportamientos en nosotros mismos nos ayuda a crecer.
  4. No Imitar lo Malo: Seamos selectivos en nuestras influencias y relaciones. En un mundo lleno de negatividad, es esencial rodearnos de personas y situaciones que nos inspiren a ser mejores y a vivir de acuerdo con nuestros valores.
  5. Compromiso con la Comunidad: Participemos activamente en nuestra comunidad. Esto puede manifestarse en actos de servicio, apoyo a otros y una participación más profunda en la vida de la iglesia. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la edificación de la comunidad.
  6. Reflexión Personal: La autoevaluación es clave. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre nuestras actitudes y comportamientos en relación con los demás nos permite crecer y mejorar en nuestra vida espiritual y personal.
  7. Fomentar Relaciones Saludables: Construir relaciones basadas en el respeto y el amor, evitando la competencia y la arrogancia. Fomentar un ambiente de apoyo y amor mutuo en nuestras interacciones diarias.

Al aplicar estos aprendizajes en nuestra vida diaria, podemos contribuir a crear un entorno más saludable y amoroso en nuestras comunidades, reflejando así los principios que enseña la fe cristiana.

Esperamos que esta reflexión te inspire y te invitamos a escuchar la predicación completa en nuestro canal de YouTube, donde el Pastor Ismael desarrolla estas ideas con mayor profundidad.

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