En esta predicación basada en Hechos 2 y 1 Corintios 12, el pastor Ignacio Simal, miembro de nuestra Iglesia, nos invita a entender Pentecostés como una transformación constante y desafiante, enfocada en construir una comunidad de fe auténtica. Reconocer la presencia del Espíritu Santo en cada uno de nosotros y valorar a todos los miembros de la comunidad es fundamental para vivir plenamente la experiencia de Pentecostés.
El pastor Simal describe Pentecostés como una «Revolución siempre pendiente», una transformación profunda y continua a nivel personal y comunitario. Pentecostés celebra la llegada del Espíritu Santo, una experiencia que va más allá de los fenómenos sobrenaturales y se centra en la creación de una comunidad de fe genuina. A menudo, las iglesias y comunidades religiosas no alcanzan sus ideales, lo cual es una realidad compartida sin culpas. Este desafío constante de ser más coherentes con las enseñanzas de las Escrituras y vivir según nuestra conciencia es lo que hace que Pentecostés sea una revolución pendiente.
Cada miembro de la comunidad es una manifestación del Espíritu de Dios, jugando un papel crucial en la construcción de la comunidad. Es vital reconocer y valorar a todos, incluso a aquellos que parecen menos importantes, ya que todos contribuyen al bien común. Vivir Pentecostés implica percibir cómo Dios se mueve a través de nosotros, promoviendo la armonía y colaboración dentro de la comunidad. La llamada es a vivir en comunidad, reconociendo la presencia y obra de Dios en nuestras vidas cotidianas y trabajando juntos para construir una comunidad de fe sólida y unida.
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