Jesús entra en Jerusalén: cuando lo pequeño transforma el mundo

Evangelio según Lucas 19:29-44

Una entrada inesperada

Jesús entra en Jerusalén y lo hace de una forma que desconcierta: no llega rodeado de poder, ni montado en un caballo de guerra, sino subido a un burro. Esta escena, narrada con detalle en el Evangelio según Lucas, rompe con las expectativas de un mesías triunfante. Frente al ruido del poder, Jesús escoge la humildad; frente al símbolo imperial, elige lo cotidiano. Y en ese gesto aparentemente irrelevante, se revela el corazón del Reino de Dios.

El Señor lo necesita

La escena está llena de detalles que podrían parecer insignificantes: dos discípulos anónimos, un burro atado, un dueño que lo cede, ayuda para montar. Pero cada uno de esos elementos cobra sentido en la mirada de Jesús. Lo que el mundo desprecia, el Señor lo necesita. La predicación del Pastor Jonathan Navarro nos invita a mirar con atención estas pequeñas cosas que, juntas, preparan el camino de un reino diferente.

La paz que no se impone

Jesús entra en Jerusalén rodeado de personas marginadas, olvidadas por el sistema, que claman por un mundo mejor. Pero no viene con espadas ni con carros de combate. El reino que anuncia no se impone por la fuerza. Es un reino que nace en el amor, la justicia y la compasión. Un reino que, como la entrada misma, parece débil a los ojos del mundo, pero lleva en sí la semilla de la transformación.

Lo pequeño también transforma

Jesús necesitó un burro. Necesitó ayuda. Necesitó gestos pequeños. Y en eso nos identificamos: también nosotros, con nuestras pocas fuerzas, somos llamados a colaborar en ese reino. A veces solo podemos ofrecer una palabra amable, compartir nuestro pan, llorar con quien llora. Pero esas acciones, pequeñas y cotidianas, son las que el Señor sigue necesitando para hacer visible su presencia.

Comunidades de paz en un mundo en guerra

En un mundo marcado por el conflicto, el cierre de fronteras y la desesperanza, esta predicación nos recuerda que estamos llamadas a ser comunidades que construyan espacios de consuelo, de escucha y de paz. Jesús no pidió grandeza, pidió disponibilidad. No impuso, invitó. Y hoy, sigue confiando en las manos de personas sencillas para hacer avanzar su evangelio.


Puedes ver la predicación completa en nuestro canal de YouTube:
Jesús entra en Jerusalén – Predicación del 13 de abril de 2025

También puedes leer el artículo anterior:
El encuentro con un rico abre la gracia a los pequeños del mundo

Este artículo está basado en la predicación del Pastor Jonathan Navarro, ofrecida el 13 de abril de 2025 en la Església Protestant Sant Pau.


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