¿Quién permanece al lado del Señor?
El texto de Lucas 9:28-45 nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Jesús y lo que significa seguirle verdaderamente. A través de tres momentos —la Transfiguración, el exorcismo de un joven y el anuncio de la muerte de Jesús—, se nos muestra cómo Dios viene a nosotros y cómo debemos entender el seguimiento. La pregunta central es: ¿A quién seguimos realmente y con qué expectativas?
La Transfiguración revela la gloria y la identidad divina de Jesús, pero los discípulos, deslumbrados, no comprenden del todo su significado. Como ellos, nosotros también caemos en el error de esperar un Dios que actúe con poder visible para vencer al mal.
El poder de Dios y nuestras falsas expectativas
El pueblo de Israel esperaba un Mesías que derrotara al mal con fuerza y justicia. Sin embargo, Jesús muestra un camino distinto: vencer a través de la entrega y el sacrificio. La conversación con Moisés y Elías durante la Transfiguración revela que su misión pasará por la cruz.
Pedro y los demás, incapaces de entenderlo, buscan perpetuar la experiencia gloriosa en la montaña. Pero Jesús les muestra que su verdadera misión es descender, enfrentar el mal y redimir al mundo a través de su muerte en Jerusalén.
La lucha contra el mal: una batalla cósmica
El episodio del joven endemoniado revela que la batalla de Jesús es contra poderes invisibles y cósmicos. Su victoria sobre el mal señala la llegada del Reino de Dios.
La reacción de la multitud —admirada por el poder de Jesús— contrasta con la incomprensión de los discípulos, que no logran aceptar que el camino a la victoria pase por la cruz. Como ellos, nosotros también luchamos para comprender el sentido profundo de esta lucha espiritual.
La verdadera fidelidad: permanecer junto a Jesús en el Gólgota
La pregunta “¿Quién permanece al lado del Señor?” encuentra respuesta en aquellos que aceptan la paradoja de la cruz. La verdadera fidelidad no busca una gloria inmediata, sino seguir a Jesús hasta el Gólgota, confiando en su victoria a través de la entrega y el sacrificio.
Esta fidelidad implica dejar atrás nuestras expectativas de poder visible y confiar en el amor sacrificial de Cristo, que se entrega por nosotros.
La fe que permanece: una confianza que no teme al mal
Jesús llama a sus discípulos —y a nosotros— a una fe que no teme enfrentar el mal. Su reproche: “¡Oh gente sin fe y perversa!” es una llamada urgente a la confianza.
La verdadera fe se demuestra en la aceptación de la cruz como el camino de la victoria y en la confianza en que, a pesar de las apariencias, el poder de Dios es suficiente para vencer al mal.
Conclusión: Seguir a Jesús, permanecer en su amor
La predicación nos recuerda que la verdadera fidelidad no se mide por las victorias visibles, sino por la confianza humilde en el amor de Dios. Permanecer al lado del Señor implica aceptar su llamado a la cruz y seguirle con fe, sabiendo que su amor triunfa sobre todo mal.
La victoria de Dios se manifiesta en la fidelidad de Jesús hasta la cruz, y en esa fidelidad encontramos la esperanza y la fuerza para seguir adelante.
Descubre el poder transformador de seguir a Jesús hasta el final en la predicación del Pastor Víctor Hernández, basada en Lucas 9:28-45. Sumérgete en un mensaje profundo y desafiante que te invita a mirar más allá de las apariencias y confiar plenamente en la fidelidad de Cristo. ¡No te lo pierdas. Visita nuestro canal de YouTube y vive esta experiencia de fe que puede cambiar tu perspectiva para siempre!