La Relación entre Pecado y Sufrimiento
El evangelio de Lucas nos presenta dos enseñanzas en este pasaje. En los primeros versículos, Jesús confronta la idea común de su tiempo de que el sufrimiento es consecuencia del pecado. En nuestra sociedad, a menudo caemos en este mismo razonamiento al decir frases como: «Por algo le pasó» o «Algo habrá hecho». Sin embargo, Jesús nos enseña que no debemos buscar culpables en las desgracias, sino reflexionar sobre nuestras propias vidas y caminar en conversión.
La Parábola de la Higuera Estéril
En la segunda parte del pasaje, Jesús narra la parábola de una higuera que, tras tres años, no ha dado fruto. El propietario decide cortarla para no desperdiciar recursos, pero el viñador intercede, pidiendo tiempo para abonarla y cuidarla. Esta imagen nos habla de la paciencia y misericordia de Dios, que nos concede oportunidades para transformar nuestras vidas.
La Necesidad de Reorientar Nuestras Conductas
Jesús nos invita a cuestionarnos: ¿Vivimos nuestra fe de manera fructífera? Muchas veces creemos que nuestros problemas no tienen relación con el sufrimiento ajeno, pero la enseñanza de Jesús nos muestra que toda la comunidad está llamada a la conversión. No basta con señalar la culpa en otros; es necesario examinar nuestras propias actitudes y cómo contribuimos –consciente o inconscientemente– a la injusticia y el sufrimiento.
Un Llamado a la Conversión Colectiva
El arrepentimiento del que habla Jesús no es solo personal, sino también comunitario. La indiferencia nos aleja de Dios y nos deja en una vida estéril. En cambio, cuando nos comprometemos a remover la tierra y abonar el camino del prójimo, colaboramos con el Reino de Dios. La vida cristiana implica acción: transformar las estructuras de pecado y exclusión en oportunidades de gracia y restauración.
La Oportunidad de Dar Fruto
Podríamos llamar a esta historia «La Parábola de una Oportunidad Más». Dios nos da una nueva posibilidad de dar frutos, pero es nuestra responsabilidad aprovecharla. En este tiempo de Cuaresma, somos llamados a evaluar nuestra vida espiritual y nuestras relaciones con los demás. Que Dios nos ayude a transformar la sequedad de nuestras vidas en un huerto lleno de frutos, donde todos encuentren alimento y esperanza.
Si esta reflexión ha resonado contigo, te invitamos a profundizar aún más en el mensaje de Joan Medrano. No te pierdas la predicación completa en YouTube y descubre cómo Dios nos llama a reorientar nuestras conductas y aprovechar la oportunidad de dar fruto.
