«Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre cánticos.» (Sal 126:5 BTI); «Yo os envío a recolectar algo que no habéis labrado; otros trabajaron y vosotros os beneficiáis de su trabajo.» (Jn 4:38 BTI)
¡Sé una sembradora de luz! ¡Sé un sembrador de esperanza! Siembra siempre, aún sabiendo que tal vez no formes parte de los que recogerán la cosecha. A fin de cuentas, sembrar esperanza, es sembrar un futuro que, por serlo, no se ve. Sembramos en la esperanza de la resurrección.