Hoy, viernes santo, se conmemora la muerte de Jesús en la cruz. Quisiera considerar esta conmemoración como una invitación a encararnos y empatizar con el sufrimiento humano. Y es que el relato de la crucifixión, con toda su crudeza, nos guste o no, nos pone delante de nuestra tendencia a la violencia y a la deshumanización que necesariamente la acompaña.
Por una parte, el crucificado, solidarizándose con las victimas de la violencia y de la opresión pone de relieve nuestra complicidad con estos sistemas deshumanizadores y por otra, evidencia que esta solidaridad forma parte del escándalo del evangelio. El Dios que se revela en el crucificado no deja lugar a dudas, es el Dios que toma partido por las víctimas y se revela contra toda forma de violencia y deshumanización.
Hoy se hablará mucho de salvación, pero la salvación que hoy quiero poner en valor a la luz de la cruz es la que pasa por la solidaridad y la humanización de “los crucificados” entre nosotros.
Ismael Gramaje